¿Cómo es el cerebro de un pedófilo?

Nuestro cerebro siempre es el culpable de todos los actos que cometemos, tanto los buenos como los malos.


Lo que somos y lo que hacemos es fruto del control que ejerce sobre nosotros, aunque desde nuestro nacimiento las circunstancias bajo las que vivimos o la educación que recibimos pueden moldear en cierto modo lo que determina nuestra neurobiología.

Este es el caso de los pedófilos; que, como sabéis, son personas que se sienten sexualmente atraídas por los niños pequeños. El hecho puede quedar en una simple atracción que ni siquiera tiene por qué exteriorizarse nunca, pero también puede llevarse al extremo, haciéndoles cometer delitos verdaderamente deplorables. 


¿Es fácil estudiar el cerebro de los pedófilos?

Conocer los rasgos cerebrales de los pedófilos es muy importante, ya que puede servir para anticipar sus actos y evitar que terminen cometiendo terribles delitos hacia víctimas tan indefensas como los niños.

Sin embargo, no es una tarea fácil; ya que, como os decía en la introducción, muchos pedófilos nunca llegan a cometer actos que denoten que lo son, haciendo muy difícil encontrar muestras suficientes para llevar a cabo estudios representativos.

Aún así, han podido realizarse unos cuantos, que concluyen con diferentes teorías sobre el origen cerebral de la pedofilia.


Teorías sobre las bases neurobiológicas de la pedofilia


Por un lado, según el doctor James Cantor, del Centro para las Adicciones y la Salud Mental de Toronto, el problema reside en un error en las conexiones cerebrales, que lleva a asociar la visión de niños pequeños con el deseo sexual en vez de con el instinto de protección y crianza, que sería lo lógico en alguien con un “cerebro normal”.

Además, a través de sus investigaciones, consistentes en el examen del cerebro de un grupo de pedófilos a través de la resonancia magnética, este científico también ha observado que hay una gran correlación entre la presencia de comportamientos pedófilos y el hecho de ser zurdo o ambidiestro.


¿Quiere esto decir que alguien zurdo es más propenso a sentirse atraído por los niños? Por supuestísimo que no, pero sí que sirve para determinar que la pedofilia puede surgir en el cerebro del feto durante el primer trimestre del embarazo, del mismo modo que la predominancia del uso de la mano izquierda. Las causas por las que esto ocurre no están para nada claras, pero podría deberse a factores como el estrés o la desnutrición de la madre durante esta etapa.

Por otro lado, según un estudio del año 2014, este trastorno puede deberse a un defecto cerebral que lleva a encontrar atractivas las caras inmaduras a causa de un funcionamiento incorrecto de las áreas encargadas del procesamiento visual.

Para comprobarlo estudiaron también por resonancia magnética los cerebros de un grupo de voluntarios, habiendo personas reconocidas como pedófilas y otras que mostraban preferencia sexual por los adultos. Se les mostraron fotos tanto de niños como de personas adultas y se comprobó cómo y cuándo se activaban las zonas relacionadas con el procesamiento de la cara y la atracción sexual, observando que las zonas activadas eran exactamente las mismas en ambos casos, pero que en los sujetos no pedófilos al visualizar las imágenes de niños se producía una inhibición de las regiones causantes de la atracción sexual que no aparecía en el otro grupo.


La influencia del entorno también es importante


¿Significa todo lo que hemos visto hasta ahora que los pedófilos están condenados a abusar de los niños? Lógicamente, no. Como os decía antes, muchos pedófilos son conscientes de esta atracción, pero luchan por no exteriorizarla y nunca llegan a hacer daño a nadie.


Del mismo modo que no todos los hombres atraídos por personas adultas van por ahí violando mujeres, no todos los pedófilos hacen daño a los niños, por lo que también deben tenerse en cuenta otros factores como la educación o el ambiente en el que se crece.

Hay quien tacha la pedofilia como un tipo de vampirismo: si el vampiro te muerde te vuelves como él y si de pequeño abusan de ti, de mayor harás lo mismo. Esto es un poco exagerado, pero sí que es cierto que si el cerebro de una persona está orientado a este tipo de atracción, haber crecido presenciando escenas en las que se haga daño a los niños puede llevar a cometer este tipo de delitos.

Por eso, es muy importante educar en el respeto a los demás y aportar ayuda psicológica en caso de que sea necesario.


Si aún así todo sale mal y finalmente el sujeto acaba agrediendo a un niño o abusando de él, el cerebro no es una excusa y se debe condenar severamente al pedófilo, pues no hay nada más deplorable y mezquino que hacer daño a alguien tan inocente como un niño. Se tenga el cerebro que se tenga.

Fuente:Omicrono


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