Sobreviviente de un campo de concentración nazi, "El canibalismo era frecuente"

Los Archivos Nacionales del Reino Unido sobre la época nazi guardan historias sorprendentes. Uno de los documentos más llamativos es el Harold Le Druillenec, el único superviviente británico del campo de concentración de Bergen-Belsen, en Baja Sajonia (Alemania), que narró los horrores que vivió durante los diez meses que pasó bajo el régimen nazi.

“La ley de la jungla reinaba entre los prisioneros: por la noche o matabas o te mataban, y por el día el canibalismo era cada vez más frecuente”, explicó. Y agregó que eso pasaba porque  “no había comida, ni agua”, y que a causa de eso “dormir era imposible”

Además contó que en el campo de Banter Weg (Hamburgo), donde también pasó un tiempo, “la tortura y el castigo” por medio de “golpes, ahogamientos y crucifixiones” era lo normal a todas horas.
Todo eso fue volcado en su solicitud para recibir ayuda económica. El Gobierno británico reaccionó con una compensación de 1.853 libras, cerca de 30.000 hoy en día (38.000 euros).
Pero no todos tuvieron su suerte. De las 4.000 personas que pidieron la ayuda, tan solo 1.015 fueron beneficiadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que a su vez repartía el dinero según el tiempo pasado en un campo de concentración (un mínimo de tres meses) y el grado de discapacidad.

Una de las afectadas que no consiguió una compensación económica fue la austríaca de origen Johanna Hill, quien perdió toda posibilidad de ser madre debido a las palizas de la Gestapo (la policía secreta del régimen de Hitler) ¿La razón? Estuvo en prisión solo un mes y medio.
Uno de los supervivientes que escapó del campo de Stalag Lutf III en 1944,Bertram “Jimmy” James, también vio como su petición era denegada por no haber llegado a padecer “los tratamientos inhumanos y degradantes” propios de un campo de concentración. Para el Gobierno británico que estudió el caso, las condiciones de Sachsenhausen “no eran de ninguna manera comparables” a las de otros campos.

Pero él tuvo final feliz. En 1968 se decidió que las víctimas británicas de ese campo de concentración también debían ser compensadas económicamente, y James percibió 1.192 libras, unas 18.500 libras de hoy (23.000 euros).
Está previsto que para la primavera de 2017 vean la luz alrededor de otras 3.000 peticiones.


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