Por eso, cuando con el paso de los años vemos alguno de sus
personajes, es inevitable sentir nostalgia, recordando aquellos tiempos en que
las veíamos una y otra vez, hasta aprendernos los diálogos de memoria. Sin
embargo, cada vez son más las leyendas urbanas que, unas falsas y otras reales,
no paran de crearnos traumas al respecto, como que Blancanieves recoge un preservativo
mientras barre la casa de los enanitos o que se puede ver la palabra “sex”
escrita en el cielo en una de las escenas más emblemáticas del “Rey León”.
Y como a nosotros también nos gusta sacarle jugo a estas películas hemos decidido hacer un análisis sobre los posibles trastornos mentales de los personajes Disney. ¿Por qué? Porque es una forma curiosa de que aprendas sobre psicología y trastornos mentales.
Conoce los trastornos mentales de los personajes Disney
Aunque, lógicamente, cuando se crearon estos personajes no
se estaba pensando en estos trastornos, es cierto que algunos de ellos muestran
síntomas de padecerlos. Debe quedar claro, además, que con este artículo no
pretendemos tomarnos a risa ni las enfermedades ni a las personas que las
padecen.
Simplemente es un modo cercano de dároslas a conocer; pues,
de hecho, seguramente usando estas películas a modo de comparación a partir de
ahora los recordéis más fácilmente.
La historia de la Sirenita, Ariel
era una joven sirena que soñaba con ser humana, por lo que pasaba gran parte de
su tiempo recogiendo cualquier tipo de utensilio que se cayese de los barcos,
hasta el punto de acumular todo un arsenal de cucharas, candelabros,
instrumentos musicales y otros objetos.
Para ella todo eso era un gran tesoro,
pero la verdad es que responde bastante bien a la descripción de las personas
afectadas por el Síndrome de Diógenes, que tienden a aislarse en casa y
acumular basura y todo tipo de objetos inservibles.
Por lo general suele afectar a personas de gran edad que
viven solas, aunque suele haber excepciones, como el caso de Ariel. Si no
recordáis la colección a la que me refiero podéis verla en este vídeo.
Pensadlo. Bella va en busca de su padre, que está en una
casa en mitad de la nada, dónde ha sido secuestrado por un hombre, mitad
bestia, con muy mala leche. Una vez allí, le pide al secuestrador
intercambiarse por su padre, lo cual supone un gesto muy bonito y lleno de
valentía. Hasta ahí bien. Pero resulta que después se acaba enamorando del
secuestrador hasta el punto de defenderlo de un linchamiento popular.
Bella tiene todos los síntomas de padecer un síndrome de
Estocolmo, que es una reacción psicológica a través de la cual la víctima de un
secuestro o una violación desarrolla un vínculo afectivo con el responsable de
sus penurias. Además, en estos casos el propio secuestrador también comienza a
desarrollar sentimientos hacia sus víctimas, como en el caso de la Bestia, que
hasta le monta una biblioteca gigante.
El Príncipe Encantador y la prosopagnosia
Para quién no lo sepa, el Príncipe Encantador es el nombre
del príncipe de la Cenicienta. Como sabéis, sus padres organizaron una fiesta
en su palacio a la que debían acudir todas las muchachas casaderas de buena
familia para que pudiera elegir a una como esposa.
La Cenicienta quería ir, pero como su malvada madrastra no
se lo permitió, tuvo que recurrir a la magia de su hada madrina, que le
convirtió los harapos en un vestido de princesa y una calabaza del huerto en
carroza; pero eso sí, sólo hasta las 12 de la noche, pues por lo visto ese
hechizo aún no lo tenía muy perfeccionado y a partir de ese momento se iría al
traste y todo volvería a ser lo que era.
Claro, cuando dieron las campanadas de media noche, la
muchacha estaba bailando con el príncipe y tuvo que salir corriendo para que no
se descubriera todo el pastel, dejándose atrás un zapatito de cristal. Al no
poder alcanzarla, el príncipe Encantador recogió el zapato y decidió probárselo
a todas las chicas del reino en busca de aquella a la que le quedara bien.
¿Pero por qué? ¿No era más fácil ir de casa en casa buscando la cara de la
chica con la que había estado bailando la noche antes?
Esto lleva a pensar que el joven padeciera prosopagnosia,
una forma de agnosia visual que provoca que aquellos que la padecen sean
incapaces de reconocer los rostros. Se debe a la presencia de enfermedades
neurodegenerativas o a lesiones en el lado derecho de las circunvoluciones
lingual y fusiforme y afecta a un 2’5% de la población real. En el caso de los
personajes Disney no tenemos muy clara la prevalencia.
Alicia y el síndrome de Todd
Cuando hablamos de Alicia hacemos referencia a la del País
de las Maravillas, ¿pero existe tal país? La verdad es que pensar en una reina
sacada de la baraja de cartas francesa, un conejo con reloj y mucha prisa y un
gato parlanchín con una sonrisa más grande que el resto de su cuerpo da
bastante que pensar.
Es posible que Alicia tuviera una afición malsana por el LSD
o los hongos alucinógenos, o también que padezca síndrome de Todd, una
enfermedad también llamada Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas por
al relación existente entre sus síntomas y las extrañas vivencias por las que
pasa la niña a lo largo de la historia. Puede estar asociada a otros trastornos
como la migraña o la epilepsia eincluso en algunos casos acompaña a infecciones
virales y se caracteriza por la presencia de alucinaciones visuales como
distorsión de los tamaños, las formas o los colores e incluso presencia de
imágenes múltiples. Además, también incluye síntomas asociados a otros
trastornos ya mencionados, como la prosopagnosia.
Vamos, que o tenía eso o el humo que le escupe una oruga en
esta escena de la película no era de tabaco precisamente.
Rapunzel y el trastorno bipolar
Esta chica, de pelo inmensamente largo, vive en una torre en
la que ha sido encerrada por la que ella cree que es su madre, que le insiste
encarecidamente en que no debe salir, porque el exterior es peligroso.
Sin embargo, un día llega un joven ladrón, que la anima a
salir de casa. Ella acepta, llena de curiosidad por lo que le espera fuera;
pero, una vez en el exterior, le asaltan las dudas y pasa de la alegría por ser
libre al remordimiento por desobedecer a su madre en cuestión de segundos.
Esto es algo común que a todos nos ha pasado alguna vez,
pero si se repite continuamente se puede relacionar con el trastorno bipolar,
una enfermedad mental consistente en la presencia de cambios bruscos en el
estado de ánimo, alternando periodos depresivos con momentos de exultante
felicidad
Pocahontas y la sinestesia
Pocahontas era esa india americana que se
enamora de uno de los colonos que acuden a apoderarse de su tierra. La chica,
que se llevaba muy bien con un árbol parlanchín, solía enseñarle a John Smith
(el colono) las costumbres de su tribu a través de canciones, como una muy
conocida en la que habla de los colores del viento.
La verdad es que el viento, por definición, no puede verse.
Como mucho, podemos ver su resultado a través de hojas y otros objetos que se
mueven, pero nunca el viento en sí. Sí que es más frecuente hacer referencia al
sonido del viento, que también es una consecuencia, pero es una referencia más
común.
Sin embargo, ella insistía en ver colores, por lo que es
posible que padeciera sinestesia, una cualidad que lleva a quiénes la poseen a
identificar con un sentido un estímulo normalmente asociado a otro. De este
modo, estas personas, por ejemplo, suelen afirmar que oyen colores, que ven
sonidos o que descubren colores en el viento.
Peter Pan y el
síndrome que lleva su nombre
En el caso del síndrome de Peter Pan no se trata de un
personaje al que se le puede atribuir un síndrome, sino que hay un síndrome que
directamente lleva su nombre. Como sabéis, este jovencito decidió que no quería
ser mayor, por lo que marchó al País de Nunca Jamás, donde se hizo líder de los
Niños Perdidos, un grupo de chicos sin familia que habían decidido ser niños
hasta el fin de sus días.
La verdad es que todos hemos experimentado alguna vez el deseo de no querer envejecer. Las facturas, el trabajo, las relaciones personales… todo se complica con la edad adulta y aunque la madurez lleva consigo muchas alegrías, también va acompañada de sinsabores por los que nos cuesta mucho pasar. El problema es que algunas personas no son capaces de aceptar que crecer es inevitable y acaban desarrollando este síndrome, caracterizado por síntomas asociados a la ansiedad y la depresión, que normalmente se presentan acompañados de una gran falta de autoestima.
Igor: Narcolepsia
La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico que hace
que sus víctimas propensos a dormirse durante el día. Durante las horas de
vigilia un narcolepsia con frecuencia van a aparecer somnolencia, y tendrá su
forma de hablar lenta y, posiblemente, incluso algunos problemas del habla. En
la serie de Winnie the Pooh es el burro hablando depressively lento que siempre
parece como si él está dispuesto a conciliar el sueño. Características físicas
Eeyore's no son diferentes a los encontrados en pacientes con narcolepsia. Con
su aparición en los patrones de sueño de discurso lento, Eeyore razonablemente
podría ser diagnosticado con la narcolepsia.
La Bella Durmiente y su Hipersomnia
Aurora, la princesa que se quedó dormida al cumplir 16 años
esperando el beso de un príncipe valiente, sufre un caso grave de Hipersomnia.
Este trastorno se caracteriza por somnolencia excesiva diaria. Quien lo padece
sufre largos episodios de sueño nocturno y continúa durmiendo durante al día.
Elsa y la Agorafobia
La protagonista de Frozen sufre dos terribles momentos
durante su infancia: estar a punto de acabar con la vida de su hermana y la
pérdida de sus padres en alta mar. Esto le ha causado agorafobia, lo que
provoca que la joven princesa no quiera ver a nadie.
Bueno Espero que le haya Gustado Saludos desde INFO1.CL