Existen muchas compañías hoy en día empecinadas en conquistar el espacio, como la conocida Space X.
El primer objetivo de esta “conquista” es, como no, situar humanos en Marte, y Elon Musk cree que es posible conseguirlo. Incluso la NASA cree que es posible diseñar hábitats sostenibles en nuestro planeta vecino. Evidentemente todo esto es complicado, principalmente a nivel económico, secundariamente a nivel de gobernabilidad de esta posible colonización de Marte, y finalmente por los conocidos problemas de gravedad y radiación del Planeta Rojo.
Por otro lado, ¿seríamos capaces de reproducirnos en el espacio, y concretamente en Marte? Es otro de los puntos candentes a tener en cuenta, pues si bien tenemos posibilidades de llegar al planeta vecino, otro asunto es que consigamos una colonia permanente a largo plazo.
Humanos en Marte, ¿una especie diferente a la Tierra?
Supongamos que SpaceX, la NASA, la Agencia Espacial China o que incluso Rusia se unan en una gran asociación para financiar esta expedición y colonización de Marte. Tenemos solucionado el problema económico, pero, ¿y la reproducción? Los recientes estudios chinos indican que sí sería posible que los humanos nos reproduzcamos en el espacio. Ahora bien, ¿seguiríamos hablando de Homo Sapiens o deberíamos empezar a hablar de una especie diferente?
Esta duda en particular es la que explota Scott Salomón, biólogo de la Universidad de Rice (Houston) en su libro “Future humans” que será publicado el próximo mes de octubre. Esencialmente, Salomón hace hincapié en la rama evolucionista de la cuestión; es decir, cómo podría evolucionar el concepto de los humanos en Marte y si realmente podríamos seguir hablando de “especie humana” o acabaríamos hablando de una especie diferente.
¿Seguiríamos siendo humanos en Marte o seríamos una nueva especie?
Salomón pone como ejemplo de evolución a las especies de las islas Galápagos, las cuales han evolucionado en líneas totalmente diferentes a causa del aislamiento. Actualmente en la Tierra nuestra evolución va en sentido totalmente opuesto, pues cada vez nos movemos más por todo el planeta y las diferentes “razas” humanas están entremezclándose de una forma jamás vista en la historia de la humanidad
Sin embargo, colonizar Marte es otra historia, y aquí si que tendríamos una distancia suficiente para hablar de aislamiento, por lo que según la opinión de Salomón sí sería posible hablar de una nueva línea de evolución a través de selección natural. En este caso los seres humanos, plantas y animales que viajasen a Marte se acabarían adaptando a las condiciones del Planeta Rojo, incluyendo la mencionada microgravedad (tan solo un tercio de la gravedad de la Tierra) y la radiación (la cual causaría mutaciones genéticas, aumentando el potencial de adaptación y especiación de la colonia humana en Marte).
Por otro lado, dicha radiación también tiene el potencial de acabar matando a los seres humanos, lo que a su vez también serviría para hablar de selección natural (siempre y cuando queden algunos humanos vivos y resistiendo, claro).
Evidentemente todo este proceso de evolución de los seres humanos en Marte sería lento. El único ejemplo similar a esto que tuvimos en la Tierra fue la colonización de las Américas, la cual se produjo ya en la edad de hielo hace 10.000 años cuando los seres humanos atravesaron el estrecho de Bering. Toda esa población humana se aisló del resto del mundo, y cuando llegaron los “europeos” se encontraron con una población totalmente diferente a los americanos nativos, pero no podríamos hablar de una “especie diferente”. Para ver algo como esto necesitaríamos un planeta con una atmósfera y gravedad similar a las e la Tierra, y por supuesto Marte no tiene estos factores a favor.
¿Quién debería colonizar Marte?
Finalmente, y pensando por un momento que hemos solucionado todos los problemas anteriores (financiación, gobernabilidad, gravedad, radiación y reproducción en el espacio), ¿qué humanos deberían ser los primeros colonos en Marte? Debemos plantearnos en este caso el “efecto fundador” que Salomón también tiene en cuenta en su libro, el cual quiere decir que si un pequeño número de personas establece una nueva población, sus genes serán los que tendrán mayor influencia en el resto de la población cuando esta crezca (como lo que sucedió con los pequeños grupos de humanos que salieron de África a colonizar el resto de la Tierra).
Salomón opina que a la hora de seleccionar humanos en Marte, o humanos que colonicen otros mundos en general, no deberíamos pensar en unos atributos en particular para la nueva posible especie. Sería interesante pensar, según comenta, si sería conveniente enviar individuos solo de ciertas poblaciones o si por el contrario deberíamos buscar la diversidad humana en este grupo de primeros colonos. La decisión es complicada, y podría significar tener unos u otros resultados a largo plazo en este futuro proceso de colonización extraterrestre.
Fuente:Omicrono