En teoría, los asistentes de voz son geniales, te ayudan a recordar tus pendientes o añadir eventos a tu calendario. Sin embargo, en la práctica las cosas son distintas. Es fácil frustrarnos e incomodarnos, especialmente cuando tu asistente no te entiende por tercera vez. Mejor añadir las cosas manualmente y dejar de batallar. Parece que nadie usa Siri en realidad. ¿Por qué?
Un estudio realizado por Carolina Milanesi de Creative Strategies parece explicar un poco la razón. Para empezar, la mayoría de los usuarios de cada plataforma prueba la asistente de voz que viene en su móvil (solo 2% de los usuarios de iOS nunca habían usado Siri, y solo 4% de los usuarios de Android nunca habían probado OK Google). Sin embargo, la graaaaan mayoría los utiliza solo a veces o en rara ocasión (70% para Siri y 62% para OK Google). Entonces, la gente los prueba pero no los hace parte de su rutina.
Lo interesante del asunto es que 39% de los usuarios usaban el asistente en casa, 51% en el auto, 1.3% en el trabajo y 6% en público. 20% de los consumidores que dijeron que nunca habían usado el asistente porque se sentían incómodos hablándoles a sus aparatos, en especial en público.
Parece ser que una de las barreras principales para adoptar el uso común de los asistentes de voz es que resulta poco natural hablar con un dispositivo (sobre todo cuando no te entiende a la primera), particularmente en público.
“Si bien el cambio de hábitos culturales y percepciones nunca es fácil, sin duda hay más que se puede hacer con la tecnología. Mientras los wearables se difunden más —y no me refiero solo a smartwatches sino a audífonos, prendas de vestir y más— la capacidad de escuchar y llevar el sonido también mejorará. Esto, junto con la capacidad de IA para convertir los asistentes de voz actuales en agentes digitales verdaderos capaces de tener intercambios naturales eliminará la barrera de ‘hablar con la tecnología’.”
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