Un remoto pueblo japonés de solo 3000 habitantes atrae a los turistas gracias a una asombrosa leyenda, según la cual Jesucristo falleció en Japón, a miles de kilómetros del Monte Gólgota en Jerusalén, el lugar donde la tradición sitúa su muerte.
Algunos investigadores japoneses opinan que la historia de Jesucristo es diferente del relato comúnmente aceptado. Esta versión alternativa de la vida de Jesús cayó en el olvido hasta 1935, cuando un hombre llamado Kiyomaro Takeuchi (Takenouchi) descubrió supuestamente un antiguo documento en la prefectura de Ibaraki (Japón). El texto de este manuscrito apócrifo daba a conocer un relato asombroso en el que se afirmaba que Jesucristo fue enterrado en la localidad japonesa de Herai, perteneciente a la prefectura de Aomori.
Además, en el documento se puede leer que Jesús fue enterrado en Herai junto con su hermano. El texto parecía realmente auténtico, y no había razón para dudar de que se tratara de un original. No obstante, el gobierno japonés decidió vetarlo y mantenerlo en secreto. Se convirtió en parte de la colección del museo de Tokio, bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial. Todos los archivos del museo quedaron destruidos por las bombas; sin embargo, la familia Takeuchi había realizado copias del manuscrito religioso antes de informar a las autoridades de su descubrimiento. Estas copias abrieron la puerta a una ancestral y olvidada leyenda nipona.
La tumba legendaria
Una de las copias de este documento se encuentra en la actualidad expuesta en un pequeño museo de la localidad de Shingo (conocida tradicionalmente como Herai), cerca de la famosa «Tumba de Jesús». El análisis del texto demostró que había sido escrito originalmente en japonés antiguo. En la actualidad no hay demasiada gente que conozca este tipo de escritura como para leerlo con facilidad, y este hecho hace casi imposible falsificar un manuscrito de este tipo.
Copia del documento expuesta en Shingo (Japón).
Por otro lado, la primera investigación lingüística demostró que el topónimo tradicional «Herai» no pertenece a la lengua japonesa, sino que es sorprendentemente similar a la palabra «Hebrai», que significa «hebreo». En la antigua lengua hebrea la palabra «Herai» se asemeja a la expresión «una montaña».
«Cuando Jesucristo tenía 21 años, vino a Japón y buscó la sabiduría de la divinidad durante 12 años. Volvió a Judea a la edad de 33 y se entregó a su misión. Sin embargo, en aquel tiempo las personas de Judea no aceptaron la doctrina de Jesús. En lugar de eso, le apresaron e intentaron crucificarle. Su hermano menor, Isukiri, casualmente ocupó su lugar y murió en la cruz. Cristo, que escapó a la crucifixión, soportó los avatares de la travesía y volvió de nuevo a Japón. Se instaló justo aquí, en la aldea conocida como Herai, y murió a la edad de 106 años. En este lugar sagrado, se ha dedicado un túmulo funerario a deificar a Cristo, y a su izquierda la tumba de su hermano Isukiri».
Otra versión de la historia
Se conoce otra versión de este relato por el libro «La profecía de Thiaoouba», escrito por Michel Desmarquet, quien intentó descubrir la realidad de la historia de Jesús en Japón. Según la versión descrita por Desmarquet, Jesús abandonó su hogar a los 14 años y llegó a Japón con 50. Allí se casó y tuvo tres hijas. Supuestamente enseñó sus normas acerca de cómo vivir, pero parece que en el transcurso de sus viajes a lo largo de Asia sus enseñanzas se volvieron más globales de lo que habían sido hasta entonces. Ya en Japón, vivió en Herai unos 45 años y murió cuando tenía cerca de 100 años. La versión japonesa de la vida de Jesús nos cuenta que su hermano era dos años más joven que él. Parece ser que fueron enterrados en el mismo lugar.
Los arqueólogos han buscado pruebas de la presencia de un enterramiento en la supuesta Tumba de Cristo de Shingo, como huesos, dientes u objetos. Por desgracia, no han descubierto nada parecido hasta ahora. El monumento se encuentra en un monte y debe su forma al terreno. En la actualidad también hay en la tumba cruces y otros símbolos típicamente cristianos.
Según el Dr. Tom J. Chalko, si se repiten muchas veces, estas palabras tienen un significado diferente. La primera parte de la frase citada anteriormente (Na-nee-ya), traducida del hebreo, significaría ‘Soy YO, Joshua, el niño dado por Yehova (Yah)’. El investigador cree que esta frase se asemeja al hebreo que conocemos de los textos escritos en los tiempos de Jesús.
¿Estuvo realmente Jesús en Japón?
Parece muy improbable que Jesús consiguiera escapar a la crucifixión y huyera del Medio Oriente. Pero de haber sido así, quizás habría elegido el mismo destino que María Magdalena. En ese caso habría viajado al sur de Francia y vivido allí con su familia.
¿Por qué razón habría viajado Jesucristo a Japón? En Asia se conocen unas cuantas historias más acerca de un hombre sabio llegado del Medio Oriente tras una larga travesía. Fue visto en la India, Nepal e incluso China. En la región de Cachemira, aún se venera en nuestros días otra tumba de un sabio llamado Jesús. Es casi imposible que tantas historias de tan distantes regiones de Asia no tengan razón de ser. Especialmente cuando se reconoce que durante muchos siglos el cristianismo no fue una religión demasiado popular en Asia.
«Tumba de Cristo», Shingo, Aomori, Japón.
No obstante, podría habérsenos escapado algún detalle oculto en esta historia. Es posible que uno de los discípulos de Jesús, quizás incluso uno de sus apóstoles, viajara a Asia. Llegados a este punto, debemos recordar que en la antigüedad la palabra «hermano» podía utilizarse cuando dos hombres eran parientes, pero también si existía un estrecho vínculo entre ellos, si eran grandes amigos por ejemplo.
¿Fueron estos viajeros simplemente seguidores de Cristo que querían dar a conocer el mensaje de su Maestro? ¿Es posible que fueran fugitivos huidos de su país tras la ejecución de Jesús para no correr su mismo destino? Quizás nunca lleguemos a conocer la respuesta a estas preguntas…
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